martes, 17 de noviembre de 2009

HUHUETLAHTOLLI

Huehuetlahtolli
Palabra de los Antiguos
Estos consejos forman parte de un texto tradicional de los antiguos
Nahuas llamado Huehuetlahtolli o Wewetla'tolli, antiguas palabras . La
selección ha sido tomada de dos colecciones principales:
a) Huehuetlahtolli del padre Viseo.
b) Libro VI del Códice Florentino.
Capítulo I
1. “He aquí lo que nos dieron a guardar, la Antigua Palabra, donde se
dice que una vida pura es como una turquesa preciosa, un jade
redondo, un dulce canto sin mancha y sin sombra, salido del corazón.
2. "Sería una burla si yo ocultara uno solo de estos consejos, pues ellos
son para vivir sobre la tierra y con ellos nos haremos atentos a todas las
cosas.
3. "Es un saber que, como espina y viento helado, pasará sobre ti, que
te arrojará a la tierra y te abatirá, para que vuelvas.
4. "¿Serás tú el que atienda, el que escuche, el que consiga endiosar su
corazón, el que reciba y guarde adentro, para que te vaya bien, para
que alcances merecimiento y vivas sobre la tierra?”
Capítulo 2
1. “Hay una Deidad, Quetzalcóatl es su nombre. Nada exige. Sólo
serpientes y mariposas, eso le ofreceré y le daré.
2. “Nuestros padres y abuelos nos exhortaron diciendo que él nos creó:
él, cuyas criaturas somos, nuestro Señor, nuestra Abuela. También creó
los cielos, el Sol y la divina tierra.
3. “Así fue, en verdad: por su merecimiento y por su sacrificio, él
inventó a los hombres y nos hizo seres humanos. De ese modo llegó a
ser la Serpiente Emplumada, Señor y Señora de toda creación.
4. “Trece son los cielos, nueve los inframundos. Allí vive el Dios
verdadero, la esencia del Cielo. De allí recibimos la vida nosotros, los
Merecidos, de allá cae nuestro destino cuando se escurre un niñito hacia
la tierra.
5. “Porque él lo dijo, porque él lo ordenó para sí, por eso existimos. No
lo olvides ni de día ni de noche; invócale en suspiro, en aflicción.”
Capítulo 3
1. “En este mundo caminamos por lugares escarpados, un abismo de un
lado y un abismo del otro. Si te mueves para acá o para allá, ¿cómo
evitarás caer? Sólo en el medio es posible avanzar.
2. “No te vistas de bordados ni te pongas harapos. No seas presumido,
pero tampoco corriente. Que tu palabra no sea entrecortada ni muy
larga. No alces tu voz ni la bajes demasiado. No camines deprisa, pero
tampoco muy lento. Y no tomes nada como regla absoluta.
3. “Evita los extremos, mantente en el medio, porque sólo en el medio
existe la función social, la condición honorable.”
Capítulo 4
1. “En la infancia, cuando aun está libre la persona, es cuando tiene
compasión de ella Nuestro Señor y le da sus dones. Y es en la infancia,
en la edad de la pureza, cuando se merece una buena muerte.
2. “Por eso dicen los viejos que los niñitos, los chicos y las chicas, son
los amigos queridos de Señor del Cerca y el Junto, y viven a su lado, y
junto a él se alegran y él es su amigo.
3. “Por eso los sabios espirituales, los Merecidos, los ayunadores, tienen
mucha confianza en los niñitos, pues, en verdad, son de corazón bueno,
sin mezcla, limpios, atentos, perfectos. Se dice que por ellos permanece
la tierra y ellos son nuestra paz.”
Capítulo 5
1. “El tolteca es sabio, es una lumbre, una antorcha, una gruesa
antorcha que no ahuma. Hace sabios los rostros ajenos, les hace tomar
un corazón. No pasa por encima de las cosas: se detiene, reflexiona,
observa.
2. “Un tolteca todo lo saca de su corazón; es abundante, múltiple,
inquieto, hábil, capaz; a sí mismo se adiestra, dialogando con su
corazón, encontrando respuestas dentro de sí. Obra con deleite, hace las
cosas con calma, con tiento, como un artista. Compone lo defectuoso,
armoniza lo disperso. Por él, las cosas ajustan.
3. “En cambio, el falso tolteca obra al azar y es una burla a la gente.
Opaca las cosas, les pasa por encima y las hace sin cuidado. En lugar de
crear, imita; defrauda a los demás y es un ladrón.
4. “De este modo te convertirás en toltecas: si adquieres hábito y
costumbre de consultarlo todo con tu propio corazón. Sé tolteca: una
persona de experiencia propia.”
Capítulo 6
1. “El maestro es luz, tea, espejo. Suyas son la tinta negra y la roja, los
códices. Él mismo es escritura y sabiduría, camino y guía veraz.
Conduce a las personas y a las cosas, y es una autoridad en los asuntos
humanos.
2. “Un maestro nunca deja de amonestar. Hace sabios los rostros
ajenos, nos hace tomar un rostro y desarrollarlo, abre nuestros oídos,
nos ilumina. Es guía de guías y ofrece un camino. De él, uno depende.
3. “Él pone un espejo ante nosotros para que seamos cuerdos y atentos,
nos obliga a cobrar identidad. Se concentra en sus obras, regula su
camino, dispone y ordena, aplica su luz sobre el mundo. Por eso, conoce
lo que hay sobre este mundo y en la región de los muertos.
4. “Gracias a él, todos somos corregidos, enseñados. Por él, el niño
humaniza su querer y recibe una estricta educación. Conforta el corazón
de quienes le rodean dando ayuda, remedio y curación.
5. “El falso maestro, en cambio, es como un médico que ignora su oficio
o un hombre sin cordura: dice que sabe acerca de lo divino, que tiene la
tradición y la guarda, pero es sólo vanidad. Es jactancioso, inflado; es
un torrente, un peñascal.
6. “Amante de la oscuridad y los rincones, es un ‘sabio' misterioso, un
‘chamán' con secretos, un ‘ensoñador' que roba a su público, pues le
despoja de algo. Es un hechicero, pues tuerce los rostros y los extravía,
haciendo que los demás pierdan su identidad.
7. “Es falso, pues encubre las cosas, tornándolas más difíciles de lo que
son y destruyéndolas. Hace perecer a quienes le siguen a fuerza de
misterios. Acaba con todo.”
Capítulo 7
1. “Conoce ahora al médico verdadero: es sabio, da vida, prueba las
hierbas, piedras, árboles y raíces, ensaya sus remedios, examina,
experimenta.
2. “El médico tolteca alivia las enfermedades, da masajes, concierta los
huesos, purga a la gente, hace que se sientan bien, les da brebajes, los
sangra, corta, cose, hace reaccionar, cubre con ceniza.
3. “El médico falso, en cambio, se burla de su prójimo y, en su burla,
mata a la gente con medicinas. Provoca indigestión y empeora las
enfermedades.
4. “Es un hechicero, pues se esconde en sus secretos; posee semillas y
hierbas maléficas. Es un brujo que, en lugar de experimentar, echa
suertes. Mata con sus remedios, empeora, ensemilla, enyerba.”
Capítulo 8
1. “He aquí al padre verdadero: es raíz y principio de linaje de hombres.
Bueno es su corazón, recibe las cosas, es compasivo y se preocupa. De
él es la precisión y el apoyo, con sus manos protege. Cría y educa a los
niños, les amonesta y enseña a vivir. Les pone delante un gran espejo,
una gruesa antorcha que no ahuma.
2. “Y el hombre maduro: un corazón firme como piedra, un rostro sabio.
Es dueño de su rostro y de su corazón. Hábil y comprensivo, buen
componedor de textos, es un tolteca de la tinta negra y roja, un
entendido. Dios está en su corazón y diviniza con su corazón las cosas;
dialoga con su propio corazón.
3. “Y el verdadero artista: un conocedor de colores. Los aplica, sabe de
matices y armonías. Dibuja pies, caras, les da sombra y relieve, logra
efectos. Como tolteca, pinta los colores de todas las flores.”
Capítulo 9
1. “Acércate al que es modelo y ejemplo, pauta y señal, libro y pintura;
a la persona honorable y de buena fama, a la condición social, la luz, la
antorcha, el espejo.
2. “Observa a mis sacerdotes, los Merecidos, los de vida pura: son
trasparentes, buenos, rectos, dedicados, limpios, de corazón blanco, de
vida sin mezcla, sin polvo ni impureza. Ellos llegan hasta la presencia de
Señor del Cerca y el Junto, le ofrecen incienso, le oran y le ruegan por el
pueblo.
3. “Acércate a quienes, por todas partes, van haciendo lo excelente,
dando brillo, dejando lo bueno, imponiendo el orden con prudencia,
alegría y serenidad. A quienes son cofre y caja, sombra y abrigo, gruesa
ceiba, sabino generoso que da brotes y se yergue poderoso, firme.
4. “Ve con quienes no se quedaron dormidos ni se ocultaron en el
sueño. Con quienes no desgarraron sus labios. Con quienes llevan en
paz, sobre sus brazos y espaldas, a aquel (pequeñín) que va jugando,
se divierte con tierra y duerme en la redecilla.
5. “En cambio, huye de estos sitios: el festín, el río y el camino. No te
detengas allí, porque allí está, allí habita el gran devorador: la mujer
ajena, el esposo ajeno, la prosperidad, la falda, la camisa ajena.”
Capítulo 10
1. “Amaos los unos a los otros, ayudaos entre vosotros en la necesidad
con la manta, la joya, el salario y el alimento. Pues no es verdad, no es
cierto si desprecias a quienes te rodean.
2. “Da limosna al hambriento, aunque tengas que quitarte tu comida.
Viste al que va en harapos, aunque tu mismo quedes desnudo. Socorre
al que te necesita, aún a costa de tu vida. Mira que es una vuestra carne
y una vuestra humanidad.
3. “Recuerda al anciano, la anciana, el indigente, el desdichado, al que
no se alegra, al que no es feliz, al que tiene pegado el intestino (de
hambre), al que no encuentra su casa y vive en confusión, al que
derrama sus lágrimas y muerde sus uñas (de desesperación).
4. “A quienes llevan las manos atadas a la espalda, a quienes, donde las
fieras, en las cárceles de la miseria van penando. A quienes, por los
desiertos y los montes, se fatigan tras el chile y la sal, las verduras y el
agua. A quienes son engañados en las plazas y tienen los labios resecos.
5. “Pon junto a ti a quienes son las manos y los pies del pueblo. No con
indiferencia los saludes, ni con negligencia soportes sus cargas. Pues
eres guerrero águila, ocelote, eres el sostén y el remedio.”
Capítulo 11
1. “En cualquier sitio puedes tropezarte con ellos: un anciano, una
anciana, un enfermo, un niño. Por lo tanto, no tienes excusa.
2. “En cualquier sitio puedes encontrar a quien trabaja, a quien se
expresa, a quien está creando algo. No estorbes entonces ni causes
problemas a causa de tu ignorancia.
3. “En cualquier sitio puedes inadvertidamente romper una cabeza,
violentar a alguien, arrojar orina sobre otro, hacer que otro pierda la
buena palabra con que habla, ignorar un consejo. No te distraigas.
4. “¡Despierta, ponte atento! No sea que el sueño te lleve y los demás te
apoden ‘Señor ronquidos, bola soñolienta'.”
Capítulo 12
1. “Bueno es que te mantengas por ti mismo. Crea, trabaja, recoge
leña, labra la tierra, siembra nopales; con eso beberás y vestirás. Pues
honra, enaltece el trabajo duro.
2. “Pero, ¡cuídate de las obras mundanas! Porque mucho crece, muy
rápido engorda lo que enferma, lo que atormenta, lo que fatiga, lo que
causa espanto.
3. “Correcto es si junto a ti es dicha la buena palabra, la que no causa
daño. Si la transmites, no le excedas ni le quites: sólo lo justo dirás.
4. “Pero, ¡huye de las palabras vanas, distraídas! Porque sólo
pervierten, no son serenamente rectas. Precipitan al hueco a quien las
pronuncia, nos llevan a la trampa y al lazo, a la piedra y el palo.”
Capítulo 13
1. “Con llanto y preocupación hay que recibir la herencia y la fortuna.
Pero es cálido es el hogar del pobre, y están tranquilos su esposa y sus
hijos.
2. “¿Naciste noble? Teme por ello; podría embriagarte o hacerte
presuntuoso. He aquí lo que nos hace nobles: tomar la antorcha y el
jabón, el chile y la cal, el azadón y la semilla. Esto , en verdad, es linaje
y merecimiento.
3. “Se moderado y austero. Verifica que los demás coman primero;
entonces toma agua y lava sus manos y sus bocas. Que, no por ser
noble, perderás tu nobleza, ni caerán los jades, las turquesas, de tus
manos llenas.
4. “Se dice que hay heredero al trono. He aquí como mostrara su
condición: si baja su cabeza y se inclina con humildad; si mira al pobre
con especial consideración; si le infunden respeto su mísero ceñidor, su
manto raído; si, encontrando en el camino una anciana, un anciano, le
dice: ‘Padre mío, mi abuela: que la paz te encamine, que no tropiece tu
pie'.
5. “Escucha: la cortesía, la modestia, la humildad, el llanto, el esfuerzo,
eso te hará noble, amado, enaltecido. Escucha, ningún soberbio,
jactancioso o desvergonzado llegó jamás al reino.”
Capítulo 14
1. “Conoce los símbolos, las palabras. Canta bien, habla bien, conversa
bien, responde bien, ora bien. La palabra no es algo que se compre.
2. “Conoce la condición honorable, lo que es bueno: no cometas
adulterio, no te embriagues de forma inmoderada, no te sometas al
juego ni al azar, no menciones tu linaje ni tu condición viril, no seas
indiscreto ni cobarde, no procures los primeros lugares.
3. “Que tu corazón no sea tu madre. Que la ceniza esparcida y la
encrucijada no te den órdenes. Que tu deseo no devore tu pie. Que una
falda no te mueva ardientemente, pues envilece, desgasta, ensucia al
hombre.
4. “No obres sin reflexión ni te entregues sin tomar medidas. No
comiences tu trabajo sin analizar, y sin considerarlo serenamente no te
impongas. No aceptes lo que no mereces ni reclames lo que no es tuyo.
Y no abuses de lo que no has creado.
5. “No te envanezcas de tus propias fuerzas. Que tu entendimiento no
sea tu apoyo, ni de tu convicción te jactes. No construyas tu casa sobre
tus propias opiniones, pues eres tan sólo un pajarillo, una cuenta de
jade, apenas una pluma.
6. “En cofre ajeno no te metas, en el plato de otro no te reclines. No te
invites por ti mismo al convite. Que tu suerte no dependa del azar; es
peligroso, una trampa.
7. “Si alguno te sobrepasa, vaya delante. Al entrar, no seas el primero.
Cuando llegue el momento de hablar, que comiencen los demás. Y, si
Nuestro Señor no te señala, no tomes la delantera.
8. “Si te dan aquello de lo que tienes necesidad en último lugar, no te
enojes luego. Y si no te dan nada, agradece por ello. Así lo quiso el
cielo: es merecimiento.
9. “No te hagas de rogar ni busques siempre que te ofrezcan. Y no dos
veces seas advertido, pues corazón tienes dentro de ti (para entender).
10. “No busques en exceso una buena apariencia, pues Él te acepta así:
discretamente. En cualquier sitio, en cualquier momento, tus adornos y
tus joyas podrán arrojarte al torrente.
11. “A la hora de sembrar, no sólo ve y siembra: prepárate bien,
selecciona bien, planta bien, para que bien eches raíces. Cultiva bien tu
sementera, tus campos, tus nopales. Constrúyete allí una casa buena,
firme, con ayuda de todos, y déjala en herencia a aquellos a quienes
educas.
12. “Que vean en ti al que enseña y se preocupa, pues, el que instruye
a otros, fundamenta el modo de no dar vueltas en vano.”
Capítulo 15
1. “Pide con entera humildad, suplica con justicia: he ahí concentrado
todo el ritual. Pues satisface, compensa el labio que se manifiesta en
súplica.
2. “¿Es que ya lo sabes todo sobre la tierra? ¿No estás, acaso,
tanteando con los pies? ¿Te conduces a ti mismo? ¿No eres aún llevado,
cargado? Mañana o pasado mañana, ¿quizás llegaremos a saber aquello
que sólo Él y únicamente Él, conoce?
3. “Recuerda que te está viendo Nuestro Señor, el que conoce el interior
de la piedra y el palo, el que escudriña el corazón del hombre. ¡Nadie
conoce su poder, nadie conoce su peso! ¡No es cierto que vivimos sobre
la tierra!”
Capítulo 16
1. “Hay un hombre que vive en embriaguez y en sus manos se babea.
Ha manchado su cuello, se apresta a difamar, se apropia de las cosas y
da alaridos, pues la hierba y el vino le han atado.
2. “Ese ya no sale por su salida ni vive su propia vida, ya no corre su
carrera, no tiene rostro ni orejas. Ya no canta, no dice, no se expresa; a
la hora del grito, ya no puede gritar. No tiene camino ni conoce el orden,
pues no presta atención a la palabra antigua, aquella que eleva, que
expresa.
3. “Solo, sin reflexión, vive, moviéndose de continuo, cayendo de
repente. Desgarrado, revolcándose en su inmundicia, así vive. No se
levanta en paz ni se acuesta en alegría. Como conejo se inquieta, como
venado huye.
4. “En ceguedad vive y no sale de ahí, ya no quiere crecer. Únicamente
anhela escabullirse, tan sólo rechaza con el pie. Nada comprende ni
retiene, no es civil. Se arroja contra sí mismo, se abandona a las dudas,
da golpes, gruñe, lanza mordidas.
5. “Ese violó la voluntad de Nuestro Señor y, por eso, ya no extiende su
brazo cuando debe extenderlo ni va al sitio a donde debía ir; ya no
entrará a donde deba entrar ni morirá cuando deba morir.”
Capítulo 17
1. “Cuanto puedas, produce y ambiciona las flores de Aquel que te dio la
vida, Aquel por Quien vivimos. Puedes vivir a Su lado en este día que,
en préstamo, has venido a pedirle.
2. “Regresa junto a Él, ten conciencia de tu dueño, pues se duele, se
enfada cuando le olvidas y, puesto que sois uno, devuelve a tu corazón
su pena y su olvido.
3. “Busca y reconoce qué es lo que Él quiere de ti sobre la tierra. Como
cuando buscamos algo a tientas, como cuando pintamos un libro, ve así:
lento, pero sin detenerte. Identifica en qué consisten el infortunio y la
desdicha, la inhumanidad y la pérdida, y así no vivas.
4. “Sólo en tu propia paz, en tu prudencia, ve adelante, sin vacilación ni
dudas, para que de ese modo no entristezcas mi corazón. Con toda tu
atención, serenamente, así vive.
5. “Y no te aflijas por la pobreza humana, no te enfermes por ello ni tus
entrañas adelgacen, ni desfallezca tu corazón ante lo retorcido, ante lo
que no es recto. ¿Es que sólo tibieza, bondad, ha de ser nuestra suerte?
6. “Sé un guerrero. Arrójate al Ser del Cielo, Aquel que nos da vida. Con
toda tu fuerza, con todo tu aliento, átate a lo alto, ve junto a él, arrójate
a él. Y ocurrirá que él mismo llegará a ser raíz de tu existencia.”
Capítulo 18
1. “¿Has recibido Su aliento, Su palabra? Guárdalo en tu corazón como
algo secreto. Que no te aturda ni embriague ni te cause orgullo. Ya
comprenderéis cómo a nada, a nadie olvida Nuestro Señor.
2. “Entra en la bienaventuranza de la Deidad. Baja tu cabeza, flexiona
tus rodillas, adopta una postura atenta, acostumbra tus piernas.
Resbala, deslízate hacia Nuestro Señor. Y, si algo te atormenta, si algo
interfiere tu fluir, disípalo en su dicha y afirma tu vida.
3. “Entra en la presencia del Dueño del Cerca y el Junto, el Humano, el
que es Noche y Viento (invisible e impalpable). Ofrécele enteramente tu
corazón y tu cuerpo, concéntrate en Él donde estás, acércalo a tu rostro,
a tu corazón.
4. “Mas aún: disfruta la riqueza de Aquel que te atormenta, Aquel que te
hace puro. Su agua de intenso azul, su agua de jades, su vaso de
turquesa ha depositado en ti, para lavar tu alma y tu vida, y merecerte.
5. “No murmures nada en tu interior, nada digas ni pienses en forma
reactiva del yerbazal (de tu mente), pues dentro del palo y la piedra
(alma y el cuerpo) ve y escucha Nuestro Señor. Si, en verdad, controlas
tus distracciones, él dispondrá algún remedio para tu necesidad.
6. “Concéntrate enteramente en Él. El nombre y la gloria de Aquel que
todo lo puede es lo único que causa gozo. Él reparte su gloria allá, en lo
alto, para todos. Y cuando una persona buena la recibe, se vuelve cual
un ave excelente; de su cola, de sus alas brotan padres y madres,
brotan aquellos que nos guían en cualquier rincón del Universo en que
existamos.”
Capítulo 19
1. “Hijo mío, esto que te doy a comer es alimento puro. Lo que es para
comer aquí en la tierra, acércalo a tu rostro. No te hagas semejante a
piedra, pues ya sabes que, si una piedra es dura, no sólo una vez se le
golpea, hasta que se quiebra.
2. “Observa al venado cuando lo persiguen: va asustado. Ignora a
dónde va: al hueco, a la muerte. Y tú, ¿acaso eres venado para que no
sepas a dónde vas? Pues te ha sido mostrado el camino; por tu propia
voluntad te traicionarías si lo pierdes.
3. “Mira: como el árbol florido ya no retoña ni echa brotes - pues sólo
retoña y reverdece si resiste la helada, que de otro modo se marchita y
seca -, así tú, si no retoñas y echas ramas a la hora del verdor y el
renuevo, por tu propia voluntad te habrás arrojado a la boca de las
fieras.
4. “Ahora que Nuestro Señor te ha mostrado su bondad, ahora que
dentro de ti se agita, no lo desprecies. No juegues con un poco en tu
interior para devolvérselo luego, hastiado, pensando: ¿en verdad he
sido sanado?
5. “Ahora que te has acercado a la riqueza que de su presencia viene,
¿lo ofenderás de nuevo? ¿Volverás a ensuciar tu ser, tu alma?
6. “Con todo, aún si caes muchas veces y de nuevo recuerdas a tu
Señor y te limpias sinceramente frente a él, arrojando tu mancha en su
presencia, una vez más él tendrá piedad de ti y te mirarán sus ojos.
7. “Ve, disfruta de tu tesoro, que viene del seno de Nuestro Señor.”
Capítulo 20
1. “He aquí mi disposición final, aquello que os identificará como mis
seguidores, lo que debéis seguir y compartir, pues es alimento escogido.
Sólo tres consejos deseo encomendaros:
2. “El primero, que busquéis con anhelos ser amigos de Aquel que está
en todas parte, en todos los cuerpos, pues es Noche y Viento y Dueño
del Cerca y el Junto.
3. “En tal empeño, mirad que no os hagáis orgullosos, desesperados o
cobardes, sino humildes de corazón, poniendo toda vuestra esperanza
en Nuestro Señor y atreviéndoos a mantener sus prescripciones.
4. “Lo segundo que debéis recordar: tened paz con todos los seres
humanos, respetad a todos y a nadie agraviéis. Por nada del mundo
avergonzaréis a otra persona. Calmaos, que digan de vosotros lo que
quieran. Callaos aunque os combatan y no respondáis. Así demostraréis
vuestra condición y vuestra nobleza, y todos sabrán que sois dignos
representantes míos.
5. “Y lo tercero que os pido, es que no perdáis el tiempo que os ha
dado la Divinidad sobre este mundo; ocupaos en lo que es bueno de día
y de noche, no despreciéis el tiempo. Porque no sabéis si volveréis a
vivir, o si reconoceréis vuestros rostros allá donde, de algún modo, se
existe. Aprovechad esta vida.
6. “Basta con esto, que era mi misión. Haced en adelante lo que bien os
pareciere. Toda persona que se atenga a su propio bien, allegará para sí
lo bueno y conquistará la vida.”
Traducción por Frank Díaz

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